jueves, 16 de noviembre de 2017

Amor apasionado...

Después de encontrarse con el “Joven” su espiritualidad brilla por la esponsalidad. Lo vemos en todos estos pasos: “primero, la iluminación de su corazón por la presencia visible de Jesús en él que la capacita para penetrar en el conocimiento de Dios[1]; la inhabitación del Señor en su alma[2]. Después la transformación, mediante la impresión de sus llagas que la capacita para la compasión de su amor[3]; la herida de amor con la saeta que atraviesa su corazón inflamando del alma de ansias insaciables[4]; el intercambio de corazones[5]; la impresión de Cristo en la cera de su alma hasta recuperar “la imagen y semejanza” originaria[6] por una unión tan íntima “que se sentía metida en las entrañas de su amado”[7]. Culminando todo en la plenitud de comunión, en la unión de gozo consumado e intimidad fruitiva del amor esponsal de la visión del rostro divino, en su mirada llena de amor entrañable, en el “abrazo” que comunica al alma ”la alegría de sosegado reposo” y en su “ósculo”[8]. Corroborado todo en desposorio espiritual con la entrega de los siete anillos[9]por el que la existencia de Gertrudis queda cristificada.”[10]

Si se tuviera que condensar toda la espiritualidad de Gertrudis la Magna en dos palabras, lo diría así: AMOR APASIONADO. Creo que ello lo dice todo. Estamos ante una mujer que como tal tiene una sensibilidad abierta al Espíritu Santo que la llevó al Corazón de Dios y es a esto a lo que nos invita.






[1] Memorial  2
[2] Memorial 3,14
[3] Memorial 4
[4]  Memorial 5
[5] Memorial 23
[6] Memorial 7. Es una doctrina clave que desarrolla la escuela cisterciense: San Bernardo…
[7] Memorial 6
[8] Memorial 21
[9] Memorial 8
[10] K. SARATXAGA, Místicas cistercienses,  Cistercium  nº 213 (1998) 1063. 220 p.

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