domingo, 26 de noviembre de 2017

¿Qué elijo?...

¿Cómo mira Dios nuestra vida? Ésta puede ser una buena pregunta lógica para hacerse al final del año litúrgico y que además el texto evangélico sobre el juicio final aclara. ¿Tendrá Dios un ordenador con una multitud de datos personales almacenados? ¿Organizará un lento proceso considerando y contabilizando pros y contras?... surgen una y mil preguntas. Pero, nada de eso, nos dice Jesús. La decisión nos desconcertará por lo breve, rápida y sencilla: "Tuve hambre y me diste de comer: pasa adelante". Es decir, nuestra vida depende de Mt 25,40: "Cada vez que hiciste el bien con un hermano mío de esos más humildes, lo hiciste conmigo".

Sólo por el camino del servicio y la fraternidad se encuentra a Cristo Rey. Ante este texto puede asaltarnos una dificultad que el Reino de Dios es un mundo de gente que ayudar y gente que ayudan, y no es así. El Reino de Dios se realiza cada vez que elegimos AMAR Y SERVIR de múltiples formas. Entonces, escogemos a Jesús por rey. El Rey de la Vida.


jueves, 16 de noviembre de 2017

Amor apasionado...

Después de encontrarse con el “Joven” su espiritualidad brilla por la esponsalidad. Lo vemos en todos estos pasos: “primero, la iluminación de su corazón por la presencia visible de Jesús en él que la capacita para penetrar en el conocimiento de Dios[1]; la inhabitación del Señor en su alma[2]. Después la transformación, mediante la impresión de sus llagas que la capacita para la compasión de su amor[3]; la herida de amor con la saeta que atraviesa su corazón inflamando del alma de ansias insaciables[4]; el intercambio de corazones[5]; la impresión de Cristo en la cera de su alma hasta recuperar “la imagen y semejanza” originaria[6] por una unión tan íntima “que se sentía metida en las entrañas de su amado”[7]. Culminando todo en la plenitud de comunión, en la unión de gozo consumado e intimidad fruitiva del amor esponsal de la visión del rostro divino, en su mirada llena de amor entrañable, en el “abrazo” que comunica al alma ”la alegría de sosegado reposo” y en su “ósculo”[8]. Corroborado todo en desposorio espiritual con la entrega de los siete anillos[9]por el que la existencia de Gertrudis queda cristificada.”[10]

Si se tuviera que condensar toda la espiritualidad de Gertrudis la Magna en dos palabras, lo diría así: AMOR APASIONADO. Creo que ello lo dice todo. Estamos ante una mujer que como tal tiene una sensibilidad abierta al Espíritu Santo que la llevó al Corazón de Dios y es a esto a lo que nos invita.






[1] Memorial  2
[2] Memorial 3,14
[3] Memorial 4
[4]  Memorial 5
[5] Memorial 23
[6] Memorial 7. Es una doctrina clave que desarrolla la escuela cisterciense: San Bernardo…
[7] Memorial 6
[8] Memorial 21
[9] Memorial 8
[10] K. SARATXAGA, Místicas cistercienses,  Cistercium  nº 213 (1998) 1063. 220 p.

domingo, 12 de noviembre de 2017

Dentro...

Hay una historia que me impresionó, os la cuento:

"Un anciano contaba a su nieto la historia de una batalla. Hijo mío, la batalla es dentro de nosotros, uno es malvado, es triste, es ira, es avaricia, es arrogancia, es resentimiento... El otro es bueno, es alegría, es paz, es amor, es ternura... El nieto lo meditó por un minuto, y luego preguntó a su abuelo,  ¿qué lobo gana? El anciano le respondió: ¡Aquel al que tú alimentas!


¿Cómo anda de aceite mi lámpara?
¿La lleno de pensamientos negativos o positivos?





domingo, 5 de noviembre de 2017

X Encuentro Monástico...

Hay momentos en que las palabras se quedan cortas y no pueden expresar lo que vivimos. Esto es lo que me ocurre al querer escribir sobre la experiencia que vivimos ayer en el X Encuentro Monástico. Un gracias a Inés de Burgos, Abel, Magdalena, Isabel, Flor, Mercedes, Inés de la Rioja y Eva es realmente pobre, por eso podríamos decir ALELUYA por los que participaron en dicho evento.

Se dividió el día en cinco momentos importantes: Primero, la liturgia con la comunidad, donde el ritmo de la salmodia nos ayudaba a confrontar nuestra vida. El segundo, fue la reflexión con Lucas que nos llevo a reconocer a Teófilo, y en él a nosotros mismos. Descubrir mi presente; quién es Dios que me lleva a confiar en Él; cómo con Él todo se invierte; y la presencia del Espíritu Santo como esa promesa que se cumple ya y que nos lleva a la liberación. Todo desde el Kerigma.
Un tercer momento era el compartir fraterno; hace falta bien poco para poder estar reunidos y disfrutar de la presencia de cada uno y del don que es cada hermano en este encuentro. El cuarto es el poder que irradia Jesús en la custodia, los cantos y cómo Jesús nos bendecía a cada uno fue muy ungido. Como final, el coloquio de los participantes sobre el tema de la mariposa; dicho relato resultó ser un manantial de experiencias, os presentamos brevemente los puntos que salieron:

- Las críticas: depende de la manera de decir las cosas. Hay críticas que ayudan a reflexionar y cambiar. En un momento nos puede doler pero luego si te paras a pensarlo y ves la verdad de la situación se produce un cambio. Por el contrario, hay críticas que nos destruyen y dejan una profunda herida en nuestra vida.

- El cambio tanto interior como exterior en nuestra vida puede hacer cuestionar a los demás.

- La experiencia de la soledad es dura, pero es una realidad que todos experimentamos. Hay momentos de vacío y soledad, y más en la sociedad en que vivimos donde hay una gran falta de afectividad, a esto se añade el aislamiento que se constata continuamente.
Sacamos una conclusión: no dejar solo al otro, preocuparse y hacerle ver que estás ahí a su lado puede ayudar a que ese vació sea menos duro.

- Otra experiencia que nos impresionó fue, cómo leer la Palabra de Dios diariamente lleva a tener un compromiso más serio en la vida cristiana. Se nos animó a hacerlo y coger notas que son como diamantes que iluminan en el camino de la vida.

GRACIAS A LOS PARTICIPANTES.

¡¡¡ OS ANIMAMOS A QUE TÚ QUE LEES ESTE EVENTO PARTIPES EN EL PRÓXIMO ENCUENTRO MONÁSTICO, QUE SE REALIZARÁ EN DICIEMBRE!!!

miércoles, 1 de noviembre de 2017

La simplicidad...

Las bienaventuranzas son un códice para los monjes. Aún más, qué es lo que pide y exige el sermón del Monte?  la Santa SIMPLICIDAD. Una gran simplificación. Este es el gran valor del Monje Cisterciense.

Lo que nos rodea y vivimos nos parece fugaz, inconsistente, perecedero. La temporalidad no es satisfactoria; experimentamos la inutilidad de la proliferación. Sufrimiento en todas partes. Todo es vanidad. La pluralidad es un hecho. El mundo es complicado. Y así nos encontramos preocupados y perplejos porque nos sentimos incapaces de dominar las muchas cosas que nos interesan e incluso nos desconciertan.

El monaquismo es una reacción radical contra tal estado de cosas. El monje, hijo de este mundo dividido y disperso, ha sentido la llamada de Dios al monasterio, el lugar de la unificación, para llevar a cabo la gran aventura de su unidad en el Señor y con todos los hermanos los hombres. Porque simplicidad es sinónimo de unidad (Mt 6,22) e integridad en el despojo de la superficialidad y de las actitudes caprichosas, capciosas y esquivas; porque la mirada del sencillo atisba la autenticidad de la vida como un encuentro con la verdad de uno mismo, de la relación con los demás, con las cosas, y en definitiva, con Dios en Cristo.

La simplicidad como la unidad tiene un centro: el corazón de la persona, que es templo, misterio. Por eso la unidad, que es simplicidad, es una meta siempre alcanzable y siempre lejana. Nos lanza hacia ella el aliento del Espíritu, que habita en el corazón de la persona y del mundo. Por eso el simple ve a Dios y la esencia de las cosas.

¿Qué son los encuentros monásticos?...

¿Qué son los encuentros monásticos?...