jueves, 30 de junio de 2016

Trabajar las emociones...

Hoy os quiero compartir unas páginas del libro Una canción inesperada de L. Quintana. En esta obra se va narrando la experiencia de Rosalía que empieza un periodo de asimilación y aprendizaje en la vida monástica. En esta etapa monástica mantiene unos diálogos  con la abadesa, la Madre Marie. Estos diálogos serán claves, porque la ayudarán a salir del laberinto, y le enseñarán valiosas lecciones para la vida tanto de dentro de los muros del monasterio como fuera.

Os comparto uno de esos diálogos que Rosalía mantenía con la Madre Marie. Es un encuentro mantenido justo antes de comenzar la cuaresma, es decir la abadesa como madre espiritual la va a dar unas herramientas para vivir ese tiempo fuerte y para vivir de ahora en adelante. Te las dejo a ti que les este blog, espero que te puedan ayudar.

ES UN CAMINO DE APRENDIZAJE

" - Lo ha clavado, Madre, pero ¿cómo hace usted para manejar toda la resistencia que emerge cuando sientes hambre y no puedes comer?, ¿o estás entregando un dinero que te cuesta dar? 
- Con la técnica Ramón y Cajal a la actitud de investigación. Lo mismo que el científico examinaba las células nerviosas a través de un microscopio, nosotras podemos explorar nuestras emociones.
- ¿Identificándolas sin más?
- La actitud Ramón y Cajal te permite acercarte a la emoción y no quedar enganchada a ella. La examinas, la nombras, la diseccionas, reconoces su origen, la pesas, la observas y permites que siga su curso. Las emociones no permanecen mucho tiempo salvo que las alimentemos.
- Pues el año pasado debí de alimentarlas con comida basura porque se pusieron obesas.
-¡Es estupendo darse cuenta! Porque la primer emoción, el primer golpe, no se puede evitar. La emoción nos llega. La clave está en prestarle atención conscientemente, sacar el microscopio y ponerse a trabajar para que no crezca.
- Vale, digamos que siento una emoción que es, por ejemplo, rabia. Hago una invocación a Ramón y Cajal para que me inspire y observo la rabia sarnosa. ¿Qué más tengo que hacer para que me den el Nobel?
- De acuerdo, cierra un momento los ojos.
Obedezco.
-¿Puedes pensar en alguna situación reciente que te haya producido rabia?
- ¿Cómo cuando la hermana Joaquina me tiró las ciruelas a la cabeza porque las cogí verdes?
-¡Menos mal que tienes la cabeza dura, Rosalía! Ese ejemplo valdría, pero seguro que hay alguna ocasión más reciente.
-Sí, la hermana Berta me sacó de quicio varias veces hace un par de semanas.
-Bien. Comienza haciendo tres respiraciones profundas y conecta con aquello que sentiste en ese momento. ¿Puedes?
- Perfectamente, como si estuviera sucediendo ahora. Of, la hermana Berta es una toca...
 - Detente un momento ante esa emoción y simplemente nótala. ¿Puedes ponerle nombre, por ejemplo, calor, fuerza, aspereza?
- La emoción quema. Es roja, intensa, bruta, descontrolada, tensa...
- ¿En qué parte del cuerpo la sientes?
-La siento en el pecho y me arde. Los músculos de la mandíbula también los tengo tensos, en general siento el cuerpo muy tenso y tengo ganas de llorar.
- ¿Cómo está tu mente? ¿Cómo tus pensamientos?
- Mejor no se lo digo, Madre. Son pensamientos arrabaleros. Siento violencia en mi cabeza.
- Sigue respirando, Rosalía. No te asustes por lo que aparezca. Saluda a tu violencia con gentileza, es parte de la investigación. Eres Ramón y Cajal, ¿recuerdas?
- ¡Si usted lo dice! 
- ¿Qué crees que está diciéndote esa rabia? ¿Es la rabia de una mujer adulta o es quizá la rabia de una niña? 
- Es la rabia de una niña ante las manipulaciones de una adulta.
- Muy bien, ¿puedes preguntarle a tu rabia qué es lo que quiere decirte? ¿Puedes preguntarle a esa niña pequeña qué es lo que necesita?
- Mmmm. 
- Tómate tu tiempo Rosalía. Quizá podrías dirigir una mirada cariñosa a esa niña que probablemente se sienta asustada...
- Es curioso. Creo que quiere que la abrace, que la tenga entre mis brazos mucho rato.
- ¿Qué estés a su lado? 
- Que esté a su lado y la ame. 
- ¿Cómo sientes eso? ¿Qué sensaciones te produce?
- Siento mucha ternura, Madre.
- Permanece ahí. Observa cómo la rabia sigue queriendo apoderarse de este momento. No la reprimas. Acepta su presencia. Muéstrale tu intención de conocerla de cerca. La intención del alma es como el rostro del espíritu, dice San Bernardo. Relaciónate con tu rabia desde la actitud curiosa y amable de una investigadora.
Me quedo en esa observación un largo rato. Efectivamente, la rabia llega y desaparece sin que yo pueda hacer nada para controlarla. Dejo que lleve su propia iniciativa. Permanezco atenta y retiro suavemente mi resistencia ante su presencia. Internamente la saludo y hasta puedo esbozar una sonrisa. Comprendo por qué está allí y ya no tengo miedo de su presencia.
- ¿Qué sucede?
- Percibo una mayor solidez. Aceptar la rabia junto a la ternura me devuelve una impresión más completa de mí misma. En este momento no querría desechar nada, todo está cobrando mucho sentido y valor en sí mismo.
- ¿Podrías observar algo más? 
- Creo que podría afirmar que el sufrimiento no me lo ha causado Berta, sino mi incapacidad para acoger y aprender de mis sensaciones negativas. 
- Vuelve a la situación que originó tu malestar, agarra a tu niña de la mano, abrázala, colócate ante la hermana Berta y descubre lo que sientes ahora.
- ¡Tengo muchas ganas de reír y hasta de darle un achuchón a Berta! Me parece que ella lo está pasando regular, que algo la oprime. ¡Qué curioso!- Bien. Cuando quieras, haz tres inspiraciones profundas y empieza a abrir los ojos.
- Ojos abiertos de par en par. ¡ Madre Marie, con Ramón y Cajal autopista hacia el cielo! 
- ¿Y la Cuaresma?
- ¡Será pan comido, Madre!
- ¿Pan comido
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

lunes, 27 de junio de 2016

Noticia...








Los días 20 al 25 de Junio se celebró el curso bianual de maestros/as de novicios/as en el monasterio Monte Sión de Toledo, sobre las enfermedades espirituales en los padres del desierto. Ha sido un tiempo de formación para tener herramientas a la hora de acoger nuevas vocaciones en nuestras comunidades.







domingo, 19 de junio de 2016

Pregunta orante...

Hoy nos preguntamos en actitud orante, Quién Soy YO, no en relación con este o aquel aspecto de mi ser sino más bien quién soy yo en última instancia ante Dios. Dicho de otra forma: ¿quién soy yo de forma absoluta? Es obvio que a partir de mi experiencia sé quien soy en virtud de mis relaciones con los demás: en relación con mis padres, me reconozco como hija; en relación con mi comunidad monástica, me reconozco como monja  - que cada uno ponga las suyas- y así cabe decir de cada una de las relaciones, tanto en el pasado como en el presente, que contribuyen a conformar lo que denomino mi personalidad. La identidad que configuran dichas relaciones es ciertamente real, pero ninguna de ellas constituye la totalidad de mi ser.

Sin embargo, Merton nos propone que el verdadero yo la totalidad de nuestro ser ante Dios.


miércoles, 15 de junio de 2016

Intimidad...



La fábula de la ostra y el pez

En algún lugar que ahora no recuerdo leí la historia de un pez algo ingenuo que un día se arriesga a sumergirse en las profundidades, descubre una ostra hermosísima y queda prendado irremisiblemente de ella. Se acerca con cierta brusquedad y por mucho que intenta entrar en su intimidad moviendo frenéticamente sus aletas, las valvas de la ostra se le cierran una y otra vez en las narices y el pobre pez se queda dolido y desconcertado: ¿Por qué le teme ese ser fascinante y extraño?, ¿cómo puede decirle lo que ardientemente la desea? Sólo desde su propio desconcierto y después de muchos intentos infructuosos, decide acudir a pedir ayuda y se dirige a la cofradía de los peces expertos en abrir ostras y, ante ellos, tímidamente, les presenta su gran deseos y su frustrada impotencia. Se va abriendo a ellos y descubriendo que tiene que aprender a suscitar en las ostras el deseo de comunicarse con él. Comprende que lo que sucede es que como no conoce su lenguaje, sus costumbres, sus miedos, sus gustos... no puede comunicarse con la ostra y lograr su intimidad. Y así, poco a poco, se va iniciando en una sabiduría nueva: a partir de sus propios temores y de sus propios deseos se va haciendo experto en intimidad con las ostras y al fin su aprendizaje vuelve de nuevo al lugar de su anhelo y, después de intentos cuidadosos y repetidos, logra al fin que la ostra se confíe, le abra sus valvas y le invite a entrar en sus interioridades. Por fin puede conocer íntimamente a la ostra, compartir sus riquezas con ella y, de paso, capacitarse para abrir otras muchas ostras maravillosas del fondo del mar. Ha aprendido la gramática de la intimidad.


martes, 14 de junio de 2016

Un poema para disfrutar, reflexionar...


POEMA DE BENEDETTI

1) No te rindas, aún estás a tiempo
De alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras,
Enterrar tus miedos,
 liberar el lastre,
retomar el vuelo.

2) No te rindas que la vida es eso,
Continuar el viaje, perseguir tus sueños,
Destrabar el tiempo,
Correr los escombros,
Y destapar el cielo

3) No te rindas por favor no cedas,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda,
Y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños

4) Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
Porque lo has querido y porque te quiero,
Porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.

5) Abrir las puertas,
Quitar los cerrojos,
Abandonar las murallas que te protegieron,
Vivir la vida y aceptar el reto,
Recuperar la risa,
Ensayar un canto,
Bajar la guardia y extender las manos
Desplegar las alas
E intentar de nuevo,
Celebrar la vida
Y retomar los cielos.

6) No te rindas por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se ponga y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma,
Aún hay vida en tus sueños

domingo, 12 de junio de 2016

Perdonar y perdonarme...

Lc 7,36-50:

Lucas nos dibuja una escena llena de mensaje y en la que entran en diálogo tres personas:

El mucho amor de la mujer es fruto de haberse enfrentado a sus sombras, haber reconocido su pecado y saberse querida y perdona por Dios. El fariseo no es capaz de enfrentarse a su pobreza, se defiende juzgando a los demás. Jesús, a través de la parábola, pone al descubierto la verdad y abre a Simón la oportunidad del perdón.

De las tres posturas se nos invita: acoger el perdón nos restaura. Perdonar nos libera. A veces, por circunstancias de la vida podemos ser duros con el daño recibido y dejamos que el rencor se aloje en nuestra casa destruyéndonos. Pero, sobre todo, somos duros con nuestro propio pecado. Abramos espacio a Jesús misericordioso, PERDONEMOS Y PERDONÉMONOS A NOSOTTROS MISMOS COMO ÉL LO HACE.





martes, 7 de junio de 2016

Espacio de serenidad...

Vivimos en un mundo ruidoso, cambiante en el que cada día bombardean noticias de violencias, masacres, injusticias... La misma experiencia está demostrando que aunque se ha avanzado mucho en la medicina para vivir más y con una vida más saludable, se está matando con tanta prisa y tanto ruido. Por tu bien, créate tu propio espacio de silencio y de paz interior y regálate cada día treinta minutos para la serenidad. Pues la serenidad es un estado de ánimo calmado, tanto desde  un punto de vista mental y emocional como espiritual. Consiste en no esperar nada más, en estar en paz consigo mismo, en sentirse uno con el mundo, plenamente integrado en la naturaleza.

Desde esta serenidad escuchamos a Jesús, que te invita a abrir el corazón y buscarle en lo pequeño, en los acontecimientos del día a día.



CREA ESPACIOS DE SERENIDAD

viernes, 3 de junio de 2016

El corazón de Jesús...




El corazón es el símbolo del amor, de la profundidad, de la honradez de la persona. Si yo penetro en el corazón de Jesús podré amar, perdonar, abrirme a los demás como el mismo Jesús lo hizo.


jueves, 2 de junio de 2016

Preguntas y respuestas...

Si contemplamos la escena que hoy nos presenta la liturgia, de Marcos 12,28-34, es un diálogo entre un escriba y Jesús. Podemos colocarnos desde dos ángulos:

- fuera de la escena: hay preguntas y respuestas. En ellas hay un deseo de saber cuál es lo importante en la vida.

- dentro de la escena: Siendo el escriba. Éste tiene ansias de saber; deseos de buscar la verdad. Si tú que lees y yo fuésemos ese escriba ¿qué le preguntaríamos a Jesús? Si tienes deseos de saber, pregúntale a Él.

Preguntas y respuestas en la vida monástica: Para Merton "su experiencia de contemplación le despierta una angustia trágica y abre en lo profundo del corazón muchas preguntas que son como heridas que no pueden dejar de sangrar" NSC, 34. Es posible que en esa noche se esconda la luz que buscas: En ella puedes descubrir que la pregunta que formulas a Jesús "es, ella misma, la respuesta". Y nosotros mismos ambas cosas (la pregunta y la respuesta, dirá Merton).

¿Te preguntas sobre muchas cosas? ¿deseas respuestas inmediatas?




¡¡¡Atrévete a acercarte a Jesús es posible que tengas respuestas a tus preguntas!!!

¿Qué son los encuentros monásticos?...

¿Qué son los encuentros monásticos?...